Uma es una niña aymara que vive en la zona altoandina y que sueña con conocer el mar, lo que se hace realidad gracias a una necesidad imperiosa de su comunidad: agua de mar para un ritual que permita que las lluvias vuelvan a su pueblo. Este cuento nos permite entender cómo vive un pueblo originario de América del Sur, cuyos antepasados ocupaban el territorio mucho antes de que se establecieran las fronteras actuales. Nos muestra cómo viven algunas comunidades en una estrecha relación con la geografía y con los ciclos de la naturaleza, lo que agradecen mediante ofrendas a la Pachamama o madre tierra. Esto nos ayuda a recordar que todos dependemos de la naturaleza, pero nos hemos alejado de ella. El cuento nos habla también de austeridad, de una vida simple, en medio de una época de consumismo extremo; una vida simple, pero, justamente por eso, valiosa y llena de significado.
Ema es una niña mapuche y su abuela es la machi de la comunidad: guía espiritual y sanadora. La abuela va develando los secretos y misterios de la naturaleza a su nieta a medida que va creciendo, dando respuesta a la curiosidad que gatilla en la niña cada ser vivo, cada fenómeno que sucede ante sus ojos inquietos. La machi cura a los enfermos usando hierbas o, si la enfermedad es grave, realizando el machitún, ceremonia ancestral mapuche, en la que se comunica con los espíritus para ayudar al enfermo. Esto asusta a Ema, quien no sabe que seguirá los pasos de su abuela. Hasta que un día tiene un sueño revelador: está lista para comenzar su preparación, ha sido elegida para ser machi. El libro, con hermosas ilustraciones que incluyen animales y plantas, tiene un glosario con diversos términos usados en el relato, entre los que se cuentan diversas palabras en mapuzugún.